La mudanza no me deja tiempo para pensar o hacer otra cosa. Supongo que por esto mis sueños son el único lugar para pensar.
Hay una realidad, una gran y verdadera realidad: lo extraño. Es diferente a extrañar al resto, con él me sentía segura y confiada. Tenía una persona distinta al resto para hablar, y eso es lo que extraño. No un beso, un abrazo o algo más; si no ese oído que estaba ahí para mi y sabía hacerme reír.
Verlo en sueños es sumamente hermoso, porque sé que es el único lugar en el cual lo puedo ver.
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