Que el despertador suene a las 6.50am y vos levantarte a las 9.15am es señal de dos cosa: te quedaste dormida y estás más apurada que nunca. Empezó la verdadera mudanza.
Yo era feliz haciendo cajas y tuve que volar a comprar para comer y venirme a la nueva casa. Ayudar a papá a terminar la instalación eléctrica de la cocina (quedó hermosa), almorzar nosotros dos e ir a buscar las cosas a la otra casa.
Agradecerle a la vida que mi cama entró en el ascensor. Sommier menos mal. El escritorio y la compu llegaron sanos y salvos. Automáticamente los conecté y ya tengo internet. LA FELICIDAD.
Puedo decir que llegué a odiar a mis papás varias veces en el día. Por momentos soy la mejor hija del mundo y por momentos no sirvo para nada. Ciclotímicos que son por favor!
Ir a comprar tranquila después de un día agotador y cruzarme con Florencia y Emilio; algo nada grato por cierto.
Fue la primer noche en la nueva casa, justamente un sábado al lado de Gaona... No había mejor manera de empezar. Más ruido imposible, algo que igualmente no afecta a mi sueño pero Ronnie no paraba de ladrar y eso me alteró.
Necesitaba terminar el día de alguna manera feliz, y como es sábado no hay novela pero si Cuevana. Algo de Gossip nunca viene mal.
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