Mucho sabor amargo para una linda despedida. Se nos fue otro año de voley.
Miro para atrás y pienso ¿Cuándo pasó todo? Me sigo preguntando a mi misma como fue que llegue a jugar tanto tiempo, a llorar por un deporte, a no querer dejar jamás, a necesitar una pelota para descargar.
Todo en la vida pasa por algo y creo que el voley llego para hacerla feliz. Saber que pase lo que pase el fin de semana tenés que concentrarte en ganar con tus compañeras, saber que una pelota puede ser una gran descarga y que no hay rivalidad más sana que la que tenes con el otro equipo.
Ascendimos a la C, un nuevo desafío muy distinto a lo que estamos acostumbradas. Nuestros varones ascendieron a la B. Y ambas ramas de mayores están en sus repechajes intentando lo mejor.
Haber jugado poco en un partido tan importante es lo que le deja ese gustito amargo pero sabemos como dijo Rodrigo, que este partido no fue ni una muestra de todo lo que hicimos y trabajamos durante el año. Si es normal quedarte con la última imagen, pero tenemos muchas más que representan el esfuerzo (como la marca de mi tobillo)
Cuesta dejar una categoría, es como cumplir años, te das cuenta que estás creciendo. Antes pensábamos "Jugamos s16 y que otro partido..." nuestros entrenadores nos iban repartiendo entre s18 y s21. Este año era fácil, todas para s18 y s21; algunas llegaban cansadas esos días de calor al último set del día, más que cansadas muertas. El año que viene es solamente un partido, es a todo o nada al mejor de cinco sets.
Fueron lo que me mantuvo viva este año, fueron las que hicieron que después de tanto bajón valga la pena seguir vistiendo esta gran camiseta, seguir pisando ese club. Gracias a ustedes hoy estoy acá, firme para seguir adelante.
Gracias porteño, gracias al voley. Gracias amigas y compañeras. Gracias entrenadores.
Gracias por un año más A PURO VOLEY.
No hay comentarios:
Publicar un comentario