Y llegará el día en que los momentos difíciles serán solo historias que contar.

You don't write because you want to say something, you write because you have something to say.
Si quieres entender mejor tu papel en el mundo, escribe. Trata de poner tu alma por escrito, aunque nadie lo lea o , lo que es peor, aunque alguien termine leyendo lo que tú no querías. El simple hecho de escribir nos ayuda a organizar el pensamiento y ver con claridad lo que nos rodea.
El escritor tiene que sentir, luego soñar y luego dejar que lleguen las fábulas. Las lecturas me han acompañado hasta el día de hoy, transformando mi vida gracias a esas verdades que sólo el gran arte puede atesorar.

sábado, 27 de marzo de 2021

Hermosa - Tan Kate que duele.

 —Eres tan hermosa, tan increíble… ¿Kate? 

Ella se había quedado rígida debajo de él, y no por haber alcanzado algún clímax. Anthony se quedó paralizado. —¿Qué sucede? —preguntó en un susurro. 

Alcanzó a ver un breve relampagueo de dolor en su rostro, del tipo emocional, no físico, antes de que ella tuviera tiempo de disimularlo. 

Kate susurró: —Nada. —No es cierto —replicó con voz grave. Sentía en sus brazos la tensión de sostenerse sobre ella, pero casi no se daba cuenta. En aquel instante, cada fibra de su cuerpo estaba concentrada en el rostro de Kate, compungido, entristecido, pese a los evidentes intentos de disimularlo. —Me has llamado «hermosa»

Él siguió mirándola durante diez segundos. No entendía en absoluto por qué aquello era malo. Pero, claro, nunca había pretendido entender la mente femenina. Aunque pensaba que debía reafirmarse en aquella declaración, una vocecilla en su interior le advirtió de que este era uno de esos momentos en los que, dijera lo que dijera, no iba a ser lo acertado, de modo que decidió ir con mucho tiento. Se limitó a pronunciar su nombre, tenía la intuición de que aquella sería la única palabra que garantizaría que no iba a meter la pata.

 —No soy hermosa —susurró mirándole a los ojos. Parecía desconsolada, pero antes de que Anthony pudiera contradecirla, le preguntó—: ¿En quién piensas?

Perdón, ¿cómo has dicho? 

—¿En quién piensas cuando me haces el amor? Anthony se sintió como si acabara de recibir un puñetazo en la tripa. El aliento salió de su cuerpo con una larga exhalación. 

—Kate, estás loca, eres… —Sé que a un hombre no le hace falta desear a una mujer para encontrar placer en ella —lloriqueó. —¿Piensas que no te deseo? —preguntó con voz irregular. Dios bendito, estaba a punto de explotar dentro de ella y llevaba ya los últimos treinta segundos sin poder moverse. 

A Kate le temblaba el labio inferior entre sus dientes, también se contrajo un músculo de su cuello. 

—¿Piensas… piensas en Edwina? Anthony se quedó helado.

—¿Cómo iba a confundiros a las dos? Kate notó que su propio rostro se arrugaba, sintió las lágrimas calientes en sus ojos. No quería llorar delante de él, oh, Dios, y menos en aquel momento, pero dolía tanto, cuánto dolía, y… Anthony la cogió por las mejillas con asombrosa velocidad y la obligó a mirarle.

—Escúchame —su voz sonaba serena e intensa— y escúchame bien, porque solo voy a decirte esto una vez. Te deseo. Me muero por ti. De noche no puedo dormir por culpa de mi deseo por ti. Incluso cuando no me caías bien, te deseaba. Es la cosa más demencial, arrebatadora, deplorable sí, pero es así. Y si oigo un solo disparate más saliendo de tus labios, tendré que atarte a la cama y convencerte a mi manera, lo intentaré de mil formas hasta que de una vez por todas te entre en ese cráneo estúpido que eres la mujer más hermosa y deseable de Inglaterra, y si los demás no se dan cuenta es que son una pandilla de necios.  

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