"Después de andar toda tu vida en la mala, uno le esquiva a la buena, no porque no la quiera, sino por miedo a acostumbrarte y que después te falte. Cuando te criaste en una casa sin techo, no te entusiasmas mucho con los días de sol, porque sabes que tarde o temprano, va a venir la tormenta. Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía, por eso los tipos como yo, desconfiamos de lo bueno que nos da la vida.
Acostumbrarte al no es fácil, lo duro es cuando te entusiasmas con un sí, porque ahí, el no, duele más. Más te acostumbras a las caricias, más te duelen los golpes. Cuanto más alto saltes, más va a doler la caída. Cuanto más abrís tu corazón, más fácil es romperlo... Eso lo sabemos muy bien los que nacimos en el barro.
Cuanto más fuerza haces para levantar la cabeza, más se te hunden las manos. Uno no se engaña con sueños de felicidad, porque el desengaño duele más que mil palizas. Los tipos como yo, no nos entusiasmamos con el futuro. Los tipos como yo, no nos entusiasmamos con el futuro, porque sabemos que siempre va a venir el pasado a buscarnos."
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