La euforia no era normal, sabía que íbamos a tomar mucho y barato. Me levanté y tomé otro amoxidal, a la hora un ibuprofeno. Necesitaba estar curada para la noche.
Mientras almorzaba me tildé viendo Orgullo y Prejuicio por milésima vez. La amo.
No hice nada en todo el día más que una limpieza de cutis, bañarme, pintarme las uñas y probarme ropa muchas veces.
A las nueve de la noche ya estaba lista, partíamos a la "fiesta del año". Demasiado caretaje. Personas que no tenía ganas de ver, personas que extrañaba y las chicas de voley.
Entendí poco y nada durante toda la noche. Lo de Federico alteró mis neuronas a un punto sumamente extremo. El reto de Leandro dolió mucho pero el resto de la noche se llevó muy divertida.
Mi cabeza explotaba, dormí poco y tenía que seguir adelante...
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