Levantarme gloriosamente a las nueve de la mañana. Prender la compu para chusmear la vida, prepararme un café y jugar con Ronnie. Había hecho todo eso y a penas eran las diez y media de la mañana. La hora no pasaba más.
Me bañé, hace tiempo que no me tomaba tiempo para bañarme en paz. Siempre era a las corridas antes de salir, ir a inglés, etc. Disfruté del agua super calentita mientras afuera se sentían los aires del otoño que llegó.
Me abrigué justo a tiempo, llegó Ana y se quedó hablando con mamá.
Con Ronnie nos encerramos en mi cuarto a ver el último capítulo de Glee por tercera vez. Las canciones me las se de memoria, pero adoro lo que transmiten cuando las ves dentro del capítulo. Amo a Rachel ♥
La tarde la perdí discutiendo con el libro de inglés. Odié el oral, no lo entendía, era muy largo y mi negación no permitia que el contenido se quede por unas horas en mi cerebro.
Gracias a la vida papá me llevó a inglés, dimos mil vueltas (otra vez) porque habían cortado una calle.
Nuestra unión grupal triunfó y no dimos el oral. Hicimos miles de ejercicios para terminar la unidad, me huele a prueba la semana que viene. En medio de la clase me llega un mensaje de mamá avisandome que me iban a buscar, doble gol ! La felicidad de no pasar frío a la vuelta fue aún más satifactoria que a la idea.
Llegar, ir a pagar el celular. Cocinar unas ricas milanesas, cenar viendo AQST. Fue genial que hayan estado por Ramos haciendo notas, me sabía todas las respuestas.
Para terminar la noche, música y ropa. Mucha ropa. Ya elegí que usar el miércoles y el sábado. Además, terminé la tarea de inglés que tenía para la otra clase así lo único que me quedaba era repasar el oral y mañana puedo disfrutar de tomar algo con la pareja feliz.
Agotador para ser lunes, si empezamos la semana así que nos deparará el resto de los días...
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