Lo tuyo fue la intermitencia y la melancolía,
lo mío fue aceptarlo todo porque te quería.
Fuiste tú, de más está decir que sobra decir tantas cosas: o aprendes a querer la espina o no aceptes rosas.
Jamás te dije una mentira o te inventé un chantaje, las nubes grises también forman parte de paisaje.
Y no me veas así, si hubo un culpable aquí fuiste tú.
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