Lo que pasó anoche no lo termino de comprender, solo se que si no me levantaba a escribir iba a explotar. Nunca me había sentido así, tan al extremo. Suelo descargarme por cosas tontas, pero ayer lo necesitaba de verdad, más que nunca.
Este blog es mi vida, en el sentido de que escribo por ese maldito temor a olvidar.
Ese es mi mayor miedo, perder lo que para mi es lo más preciado: la memoria.
No es normal que una adolescente de dieciocho años tenga este temor, pero es mi realidad.
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