Despertarme después de haber soñado algo con Bruno, que a esta altura del día ya no recuerdo exactamente que. Levantarme y pensar en Luciano, supongo que el shock de mi conversación con Noe todavía no desapareció, es cuestión de tiempo. Luego, caminar cual zombie por la ciudad hasta llegar a la casa nueva y preparar mi café para esperar con mucha paciencia a los señores telefónica. Sentarme en la ventana junto al sol, mi café y mi libro. Paz.
Al tiempo, escuchar a Ronnie ladrar y a un chico decirle "Perro, decile que somos de telefónica" me sacó la sonrisa más grande del día. Ambos "chicostelefonica" eran copados, más con esa presentación. Mamá les dijo "Cuidado con el doberman" y entraron asustados, cuando vieron a Ronnie se rieron y bajaron sus nervios. Tengo una bola de pelos blanca más bueno que el pan. Conectaron mis cables y todos felices.
Volver a Gaona, dormir algo. Comprar caramelos y jugar al tetris. Definir que debía hacer algo productivo: destornillador en mano comencé con el placard, que aun no termino.
Demasiadas peleas en casa. Se que estoy ayudando mucho y más de lo esperado, pero nadie lo reconoce. A veces un GRACIAS es suficiente. Volver a la otra casa a pintar los estantes y acomodar cosas nuevas.
Al momento de cenar no tenía ganas de cocinar y pedí una pizza mientras ya estaba sentada en mi cama,en mi casa de siempre frente a la pc. Ver el primer cuadradito del chat, mirarlo nuevamente y decir: IMPOSIBLE. Reverlo por tercera vez y notar que si: Nicolás conectado. Ya expliqué todo lo que sentí en ese momento, no quiero verlo, ni sentirlo nombrar. No me interesa saber si la pasó genial o no. Nada que tenga que ver con él; mientras mis recuerdos no se toquen yo estoy bien.
Las discusiones y ese punto verde de conectado de más en el día llevaron a un mal humor insoportable que Dulce Amor y el partido de Boca lograron sacarme, justo para ir a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario