Llega un punto que te das cuenta que llorar no sirve, no cambia. Nadie se apiada de tus lágrimas y lo único que haces es caer, caer y seguir cayendo. En ese punto necesitas replantearte, ¿Voy a seguir llorando por cosas que no cambiarán? Porque tal vez, y solo tal vez si yo cambio las cosas cambian, si dejo de llorar y empiezo a sonreir dejaré de caer. Porque quizás en lugar de reprochar por lo que no es, debo ser feliz por lo que fue y estar centrada en lo que si es, en el aquí y ahora...
Algo para poner en práctica, no solo por mi, si no porque me cansé de ver mal a los que si soportan mis caidas por mi culpa.
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